miércoles, 15 de septiembre de 2010

Son Tantas Cosas.

De ti memorizé hasta la sombra,
sorprenderme al verte no me asombra.
Memorizé cada bello de tu piel,
por si un día no querías volver.

De ti aprendi que al mal tiempo buena cara,
que después de la tormenta viene la calma.
Si no hay fuego que arda,
puedo encender otra llama.

Me enseñaste lo simple de las cosas,
que el amor no es verso y prosa,
cuando se trata de dos.

Comprendí que la luz de luna
guardaba la fortuna de un hermoso amanecer.
Entendí porque tu olor se quedaba en mi piel.

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